2009 | La participación de la ECI en la AFSCA
Por: Paulina Emanuelli, egresada y directora de la ECI en dos períodos consecutivos entre el 2005 y el 2011.
La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual ha reconocido el valor y la importancia de la Comunicación Social como derecho humano colocándola en una dimensión privilegiada, tanto para visualizar desarrollos propios del tiempo que nos toca vivir; como para fortalecer el reconocimiento de las identidades de nuestros pueblos y la promoción del concepto de ciudadanía.
Desde la Coalición por una Comunicación Democrática, entre otros organismos de DDHH y organizaciones sociales, la Escuela de Ciencias de la Información de la Universidad Nacional de Córdoba y su comunidad, participaron activamente de la lucha por la sanción de la ley y luego por su plena vigencia.
Como reconocimiento al sostenimiento de esa lucha y a sus propios derechos, la Ley 26.552 reconoció a las facultades y carreras de comunicación en un lugar especial como miembros integrantes en el Consejo Federal de Comunicación Audiovisual (CoFECA) (art 16 inc.e).
Como directora de la Escuela de Ciencias de la Información, tuve oportunidad de ser Consejera en la conformación del Primer Consejo Federal de Comunicación Audiovisual, un consejo que sesionó aún en momentos en que la ley no estaba en vigencia. De esta manera y como forma de apoyar la ley de la democracia, por decisión del pleno del Consejo, se siguieron realizando gestiones, propuestas y acciones para la plena vigencia de la Ley. Luego se acercaron al AFSCA (Autoridad Federal de Aplicación de la ley de Servicios Audiovisuales) numerosas propuestas que proponían mejorar contenidos en clave de inclusión, el respeto a las cuestiones de género, en contra de la violencia, o entre otros temas, la discusión sobre costo de pliegos y las propuesta de jurados para el otorgamiento de licencias de televisión digital.
Derechos y desafíos
La Ley 26.552 nos ha dado numerosos derechos, pero también desafíos.
Cada vez más, los comunicadores, tenemos posibilidades de intervención, producción e ingerencia en la construcción de la red discursiva que nos articula democrática y solidariamente.
Debemos trabajar con gran responsabilidad en la formación de los comunicadores y diferentes actores sociales, es decir, agentes sociales capaces de generar prácticas productoras de sentido comprometidas con la sociedad, que apoyen la gestión y sostenimiento de medios nuevos y existentes.
La ley no se sostiene sino hay quienes entiendan que la comunicación debe ser democratizada y que hay que defenderla. La implementación de la ley abre nuevos espacios en el campo laboral. Debemos tener claridad en la dimensión política de cómo gestionar y producir en esos nuevos espacios.
La Universidad y la Escuela tienen un rol muy importante: estamos frente a un gran desafío que tiene que ver con la capacitación, extensión, intervención e investigación. Formación y participación no sólo con nuestros estudiantes sino también con diferentes organizaciones sociales.
Hablamos de formación en términos de un concepto paradigmático de lo que debe entenderse por Universidad. Boaventura de Souza Santos habla de la «universidad sin condición», de la universidad para la liberación, una universidad que acerque la academia a sectores populares y excluidos.
La formación, que es nuestro eje central, debe ser académicamente sólida, de calidad, considerando la inclusión de sectores que no tienen acceso a ella. Hay que pensar en estrategias de trabajo conjunto y llegar a esos sectores para cumplimentar otro desafío: la producción de contenidos con una nueva estética de la que todos puedan apropiarse.
Hay que desarrollar investigación, no sólo observatorios y veedurías, sino también otras formas de interacción entre diferentes sectores sociales, la universidad en general y en nuestro caso las unidades académicas dedicadas a la comunicación. Deberemos generar contenidos de producción local y regional para los medios que den cuenta de la realidad de todos los sectores.
Sabemos que en las universidades privadas se sigue formando con un modelo de periodistas para los medios masivos que responden a los intereses monopólicos y a los intereses sectoriales económicos.
Queremos romper con eso, desde la Universidad Pública para promover una visión de la comunicación desde una perspectiva intercultural, con una visión que apunte a descolonizar el saber. Es decir, desprendernos de viejos paradigmas para dar paso a una mirada filosófica de integración y fortalecimiento de la ciudadanía. Se trata de mirar, investigar e intervenir en el mundo que nos toca vivir y organizar juntos pasos significativos para el fortalecimiento de las democracias de América Latina.
Está en nosotros reconocer y apoyar este tiempo para apuntalar la democratización de la comunicación desde nuestra especificidad disciplinar, nuestra identidad y valores.
Se trata, en definitiva, de construir el futuro con una comunicación de todos.