1994 | Un plan de avanzada


Entrevista a Silvia Barei, decana de la Facultad de Lenguas, profesora y directora de la ECI entre 1994 y 1996.

Silvia Barei comenzó a dar clases en la ECI, luego del restablecimiento de la democracia. Ella provenía de Letras Modernas y se introdujo en el campo de la comunicación. Se desempeñó como secretaria académica y como directora en un momento clave: el plan de estudios se había modernizando y era momento de aplicarlo.

Consultada para reflexionar sobre esa experiencias, Silvia nos recibió en su oficina y juntos hicimos memoria.

¿Cómo fue la implementación del plan 94?

Ese plan de estudios empezó a trabajarse casi diez años antes, con la vuelta de la democracia, cuando era director Oscar Garat, “Cacho”. Él tenía el plan 78, el plan de la dictadura, así que obviamente había que cambiar ese plan de estudios. Se hicieron varios intentos, pero fracasaron por falta de acuerdos. Recuerdo que había muchas reuniones y criterios para el nuevo plan de estudios. Hasta que Cacho nombró a Beby Pinell para establecer acuerdos y aunar decisiones. Ella es quien terminó de armar ese plan.

En su momento era un plan de avanzada, muy novedoso por la combinación de las prácticas específicas con los medios, con la reflexión a partir del discurso, que dio como resultado los talleres. También era novedosa la orientación en investigación en comunicación. Porque eso en esa época no había ni de casualidad. Toda una  serie de cuestiones novedosas e importantes.

¿Qué implicancias generó ese plan de estudios?

Variadas. Mientras hubo un grupo de profesores muy entusiastas que se pusieron a la cabeza los cambios, a estudiar, a buscar la bibliografía, a proponer nuevas líneas de trabajo con la comunicación y todo eso, hubo profesores que pusieron resistencia. Que  no cambiaron mucho, cambiaron el nombre de la materia pero no cambiaron ni autores ni nada. Pero eso no fue culpa de los profesores de Ciencias de la Información, es la resistencia al cambio que hay en el ámbito docente. Hay una tendencia a aferrarse a los espacios que uno tiene, a los contenidos que ya conoce, porque da seguridad. Eso provocó indudablemente dificultades. La primera generación de chicos hizo de conejito de indias

¿Cuál fue la reacción de los alumnos frente a la transición entre los dos planes?

Se hizo un proyecto de transición en el cual se daba la posibilidad a los alumnos del plan viejo que pasaran al plan nuevo y paralelamente se iba dictando el plan viejo para que no se atrasaran. Hubo un momento en que se superpusieron los dos planes. Por ejemplo un año me tocó dar las dos materias: la del plan viejo y la del plan nuevo. Hubo gente que decidió pasarse al plan nuevo aunque se retrasaran un poquito, y otros le metieron pata para recibirse en el plan viejo. Eso era una decisión de cada uno.

¿Cuál era el contexto social y económico del momento?

Fue un contexto caótico, porque en los ’90 la universidad pública lo era. La Universidad no tenía presupuesto. El Gobierno nacional había decidido que las universidades públicas daban pérdida. Por lo tanto tenían que autofinanciarse. Había salido la famosa ordenanza 5/90 por la cual los alumnos tenían que pagar la contribución.  En la Escuela se hizo mucha resistencia a esa contribución. La Facultad de Derecho nos perseguía, nos amenazaba con no darnos presupuesto si no implementábamos la contribución. Cuando empezamos a cobrarla se hizo absolutamente libre, sin obligar a nadie, sin trabar máquinas. La contribución quedó demostrado que no solucionaba  los problemas del país, no permite crear cambios, mandar a la gente  a congresos, fortalecer las cátedras. Eso es un proyecto que tiene que ser del Estado para recuperar las universidades públicas, como sucedió del 2003 en adelante.

© 2024 40º Aniversario de Ciencias de la Información | Design Theme by: D5 Creation | Powered by: WordPress